LA DESTRUCCIÓN DEL COSMOS FILIPINO(4ª Parte)

EL IDIOMA FILIPINO, O EL TAGALO, NOS LO VIENEN CONVIRTIENDO EN UN IDIOMA CLÍNICAMENTE MUERTO

Inmediatamente después de que se les hicieran a las Islas Filipinas en una provincia de ultramar de España, los frailes españoles, o los que fueron sus misioneros religiosos, estudiaron y desarrollaron el idioma tagalo para que sirve de medio principal con que educar .

El domínico Fray Francisco Blancas de San José escribió, en 1610, el primer libro de gramática para el idioma tagalo, Arte y Regla de la Lengua Tagala , impreso por Tomás Pinpín, un sabio y trabajador chino cristiano.

La implicación que nos trae este hecho histórico es que los españoles, a diferencia de los sectarios WASP que vinieron en 1898, nunca discutieron ni opinaron en contra del idioma tagalo, ni del bisayo, ni del ilocano, como idiomas que carecen de "una cultura literaria de gran monta" tal como nos lo declaran en la Encuesta Educativa de Monroe  (A Survey of the Educational System of the Philippines, 1925, pág. 24-26)).

Los frailes españoles no vieron ningún obstáculo en el uso de los idiomas nativos de Filipinas como medios de instrucción religiosa. De hecho, mientras Fray Francisco Blancas de San José O.P. se refiere al tagalo como una lengua, son los citados WASP usenses de la mencionada Encuesta Monroe los que califican al mismo idioma tagalo, juntamente con todas las otras lenguas del archipiélago, como meros "dialectos".

Rosa Sevilla de Alvero, en su tésis doctoral Crítica del Sistema Educacional de Filipinas (Imprenta de la Universidad de Santo Tomás, Manila, 1936), se dio cuenta de la agenda de los invasores WASP que venían a Filipinas a guisa de "educadores usenses" en su propio país y decididamente desmintió su tésis de que el tagalo es un mero "dialect" que, por inadecuado, nunca se puede emplear como medio de instrucción para los mismos filipinos.

Al clasificar de meros "dialectos" al idioma tagalo con todos los otros idioma de estas islas, estaban encubiertamente diciendo que los referidos "dialectos" de Filipinas ya eran "idiomas muertos" por lo que eran, de hecho para ellos, nada más que "curiosidades literarias" (literary curiosities) juntamente con el idioma español.

Para subrayar más aun esta opinión suya, se valieron de Lope K. Santos para que este re-escriba una gramática tagala con un Abakada, o alfabeto, de veinte letras exhumadas de los Alibatás de la era prehispánica, mientras consignaban al olvido, y a la prohibicián en todas las escuelas de Filipinas, el uso del alfabeto Balagtás-Tagalo de 32 letras .

Mientras permitían que se le proclame al idioma tagalo como la base del idioma nacional filipino, secretamente ordenaban a sus lacayos filipinos en el Departamento de Educación que impongan el mencionado Abakada, limitada a solamente 20 letras, para que se le desnude al tagalo de todos sus adelantos desde 1571. De hecho, el Abakada que impusieron, en lugar del alfabeto Balgtás-Tagalo de 32 letras, era una medida traicionera enderezada hacia la destrucción del idioma tagalo y de todos los demás idiomas indígenas de estas islas.

Pero, en 1973, la constitución del Presidente Marcos, descartó al Abakda Pilipino cuando aprobó una provisión donde se decía que: la legislatura ha de desarrollar y proclamar un idioma nacional que se llamará Filipino. Desde alquel instante, el idioma nacional denominado "Pilipino" quedó descartado. (Vide: General Provisions, 1973 Philippine Constitution).

Hay dos maneras de definir lo que es un idioma muerto. Primero, un idioma muerto es uno que ya no se habla por ninguna comunidad en todo el mundo. Segundo, un idioma muerto es uno que nos lo seguirá hablando una comunidad existente en este mundo, pero que está "clínicamente muerto" porque no se utiliza, en la misma comunidad que lo habla, como un instrumento de desarrollo cultural y económico.

Esta segunda definición es lo que le ocurre al idioma tagalog y a todos los demás idiomas de las Islas Filipinas.

El tagalog, o tagalo, se habla de hecho dentro de Filipinas, pero no se utiliza, como ya lo señalamos, como la lengua de los tribunales de justicia ni por la legislatura filipina. No se usa del todo como medio de instrucción en la educación general del filipino ni como medio de las ciencias y las tecnologías.

Y, como es obvio, el tagalo nunca ha de llegar a la plenitud como una lengua viva mientras el inglés se siga injustamente imponiendo a exclusión del tagalo como el verdadero idioma oficial de Filipinas. El tagalo, como tal y como la base del idioma nacional denominado Filipino, no se utiliza hoy día como la lengua oficial de la prensa escrita, ni de la legilsatura, ni de la judicatura sobre una base de igualdad frente al idioma inglés, porque los mismos filipinos no están educados ni acostumbrados en las escuelas de su propio país a usarlo siempre.

Ni los mismos tagalos se ven ejercitados en su propia lengua en sus escuelas. Lo que se impone antes es el idioma inglés.

Si añadimos a esta triste situación del idioma tagalog la traicionera supresión de su propio abecedario de 32 letras para imponer en su lugar el alfabeto, el deletreo, la silabicación y la fonología del mismo idioma inglés, ni el Tagalo, como tal ni el idioma nacional Filipino, han de sobrevivir honrosamente dentro de las mismas Filipinas.

Con la imposición del alfabeto inglés y su sistema de silabicación, el alma fonético del tagalo quedará reducida a la nada hasta que este mismo idioma se vuelva un vil pachuco del inglés. Y, como bien lo sabe todo el mundo, un pachuco no puede servir de medio formal de comunicación. Al desvestirle al tagalo de su esencia formal, desaparecerá a la larga porque tampoco ha de servir como un medio cabal de instrucción o educación para el mismo filipino.

El tagalo se volverá taglish, un vil pachuco del inglés. Y el taglish, como es la tendencia de todos los medios pachucos, reemplazará el idioma tagalo y al mismo idioma inglés en Filipinas.

Pero, mientras el idioma inglés tiene asegurada su supervivencia en otros países como los Estados Unidos de Norteamérica y como Inglaterra, el idioma tagalo desaparecerá totalmente de la faz de la tierra, porque fuera de su cuna filipina, es un idioma que no se habla en ningún otro país.

En vista de lo que antecede, no es del todo equivocado pensar que el actual neocolonialismo lengual de Filipinas, que los WASP usenses tienen elaborado un programa cuyo meta es la desaparición del idioma tagalo juntamente con todas las otras lenguas de Filipinas, agenda vil que ni los supuestamente protervos conquistadores españoles pensaron hacer durante los siglos de su dominio directo sobre los mismos tagalos.

No cabe la menor duda de que se le está actualmente aniquilando al idioma tagalo mediante la encubierta manipulación de convertirlo primeramente en un pachuco, el taglish.

(Se continuará)