La Destrucción del Cosmos Filipino (6ª Parte)

Guillermo Gómez Rivera

EL ENCONTRON SOBRE EL ESPAÑOL

Los que siguen esta serie sobre filipinos que se resistieron a la imposición sectaria del inglés en Filipinas, han de interesarse también en el intercambio de palabras que hubo en 1913 entre la directora del Centro Escolar de Señoritas de Manila y el agresivo Gilbert Newton, secretario de instrucción del gobierno militar usense. Los que luchamos por la preservación del español en Filipinas debemos ver lo que ocurrió en el pasado para que tengan lugar nuestros detractores de decirnos ignorantemente que este idioma nunca llegó a estas islas porque no tiene ninguna razón de ser su reintroducción..

EL ENCONTRÓN GILBERT-AVELINO SE PRESTA PARA EL TEATRO

La revista EL RENACIMIENTO FILIPINO de 1913 presentó el encuentro entre estos dos personajes históricos en forma de un dibujo donde una pantorilla femenina daba un puntapie a lo que era el insulto proferido por Newton Gilbert, el WASP usense, y puesta en escena en el inmenso entablado del Teatro de la Ópera (Grand Opera House) de Manila.

Nosotros, tras entrevistarnos con testigos que presenciaron este singular acontecimiento desarrollado en todo un teatro, lo presentamos en forma de un diálogo dramático en un obra de teatro recién escrita titulada Por los fueros filipinos. He aquí el fragmento que se refiere al aludido incidente.

NEWTON GILBERT

(Levantándose de golpe de su asiento y gritando para que todos le oigan.):

Stop! ¡Pare usted! ¡Alto allí!

DON JOSUÉ:

(Mirándole desde el entablado.)

Yes, your excellency! Don’t you feel well. ¿Qué le pasa a usted? ¿Está enfermo?

NEWTON GILBERT

(Subiéndo al entablado.):

¡Esta institución no enseña el inglés! Y, ¡eso es intolerable para mi y el gobierno que represento!

DON JOSUÉ

(Yéndose a su encuentro.):

¡Lo que usted ahora hace es intolerancia? What you are doing to us now is intolerance, Sir!

NEWTON GILBERT

(Se pone en alto delante de Don Josué.):

¡AH! ¡Usted sabe inglés pero no lo quiere utilizar! You know English but you don’t use nor teach it!

DON JOSUÉ:

¿Por qué lo voy a utilizar cuando yo no soy ciudadano norteamericano? ¡Yo soy filipino y la lengua oficial de Filipinas es el español!

NEWTON GILBERT

(Yéndose al centro del entablado.):

¿Quién es la directora de este centro? ¡Quiero hablarla!

DOÑA LIBRADA

(Elegante en su saya, se acerca majestuosamente)

Yo, señor.

NEWTON GILBERT

(Con los ojos dilatados.):

Dont you speak English? Why are you not talking in English here?

DOÑA LIBRADA

(Mirándole serenamente de la cabeza a los pies.)

No, señor. Usted y yo estamos en Filipinas. ¿Habla usted el tagalo?

NEWTON GILBERT

(Airado.)

Of course not! ¿Cómo espera usted que yo sepa el tagalo?

DOÑA LIBRADA

(Abriéndose el abanico en el pecho.)

Pues, de la misma forma usted no debe esperar que aquí hablemos en inglés, ¡Señor!

NEWTON GILBERT

(Desconcertado.)

Entonces, ¿por qué insiste usted en usar el español cuando usted no es una española?

DOÑA LIBRADA

(Abanicándose lentamente.)

¿No conoce usted la historia filipina? Usamos el español porque nuestra República Filipina de 1898 nos lo proclamó como nuestra lengua oficial. Somos filipinos como Rizal, nuestro héroe nacional, y, como él, nuestro idioma nacional es el español. ¿No puede usted entender esa sencilla verdad?

NEWTON GILBERT

(Imperioso.)

Yo vine mandado por el gobierno de Estados Unidos a cumplir con mi deber é imponer aquí el inglés.

DOÑA LIBRADA

(Más imperiosa aun.)

El inglés puede añadirse después del español y el tagalo, pero forzarnos a dejar el español y el tagalo, así como así, es un capricho colonial que nos hiere en nuestros derechos humanos y en nuestra identidad nacional.

NEWTON GILBERT

(Insistente.)

¡Pero el español es un idioma colonial impuesto aquí por una España imperialista! Además, no son todos los filipinos los que hablan español!

DOÑA LIBRADA

(Serena.)

Sí. Pero, hablan lenguas nativas influidas por el idioma español. Además, desde el sínodo de 1599 los indígenas filipinos aceptaron ser ciudadanos españoles. Entonces, nuestros antepasados, ya como ciudadanos españoles, entendían que la imposición del idioma español en Filipinas adquirió la debida justificación. Por otro lado, la imposición del inglés sobre nosotros no tiene ninguna justificación legal porque Estados Unidos todavía no nos ha aceptado, por ley, como ciudadanos americanos. Por eso, es el inglés, y no el español, la verdadera imposición colonial.

GILBERT NEWTON

(Defensivo.)

Pero Filipinas es ahora un territorio de los Estados Unidos de América y creemos en la educación popular. Y vuestra educación no es popular. Es elitista.

DOÑA LIBRADA

(Imperiosa pero serena.)

Sí. Territorio pero no un estado de Estados Unidos. Luego, está usted equivocado, Señor Gilbert. La educación popular empezó en Filipinas en 1862. Aprenda usted la verdadera historia filipina y no nos pida que enseñemos a la juventud la historia revisada que imponeis a costa del 'tax money' del mismo pueblo filipino.

NEWTON GILBERT

(Amenazador.)

¡Yo mandaré retirar el reconocimiento del gobierno antes otorgado a su centro!

DOÑA LIBRADA

(Majestuosa.)

La validez de un centro educativo como el nuestro no depende del reconocimiento de un gobierno como el que usted aquí representa.

(Y con un majestuoso abrir y cerrar de su abanico, le señala la salida al señor Gilbert.)

Tiene usted, señor, el permiso para dejar este salón.

(Y Gilbert sale enojado del teatro.)

LA PRENSA FILIPINA DEFIENDE A DOÑA LIBRADA

Los periódicos de aquel tiempo, escritos en español y en tagalo, atacaban al intolerante régimen neocolonial de los WASP usenses en su repugnante política de forzar sobre el pueblo filipino el idioma inglés sobre el idioma que tenía como el suyo, el castellano.

Para los filipinos instruidos de aquella época, el antifonético idioma inglés siempre era el idioma inferior que es frente al idioma español y frente al tagalo por lo que no merecía ser un idioma apto como para la debida instrucción, la buena y cabal educación de sus hijos y de su patria.

Y este hecho se va demostrando, como la verdad que realmente es, hasta en la actualidad tanto en sus efectos como en sus terribles resultados para la inmensa mayoría del empobrecido pueblo filipino.

Además del defecto estructural del idioma inglés, los filipinos también sabían que al hablar en este idioma llevaban en la frente el impronto denigrante de la esclavitud bajo el dolorosamente hipócrita y tiránico neocolonialismo WASP norteamericano con todas sus terribles implicaciones económicas.

El 25 de junio de 1913, todos los periódicos de Manila valientemente publicaron noticias y gacetas con encabezamientos que decían: ‘EL CENTRO ESCOLAR Y MR. GILBERT’. ‘AQUÉLLA SE SEPARA DEL DEPARTAMENTO DE INSTRUCCIÓN’.

Por otro lado, si la prensa filipina de aquel tiempo fuese como la que existe en el presente, no creemos que se lancen a defenderle a Doña Librada por su defensa del idioma español como medio de instrucción que siempre fue para la educación verdadero de los verdaderos filipinos. Los periodistas filipinos de hoy, salvo muy contadas excepciones han sido “mis-educated” por el sistema que Gilbert Newton antes representaba y que es un sistema que ahora no solamente excluye la enseñanza regular del idioma español sino que va destruyendo al mismo idioma tagalo, base del idioma nacional, mediante la anglización vandálica de su alfabeto fonético y de su mismo sistema de deletreo y silabicación.

UNA VALIENTE RESOLUCIÓN QUE NINGÚN COLEGIO FILIPINO DE HOY SE ATREVERÍA A FIRMAR UNA RESOLUCIÓN DECLARÁNDOSE INDEPENDIENTE DEL DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN DEL GOBIERNO COLONIAL USENSE

Una resolución, naturalmente escrita en español, y firmada por los miembros de la Administración y los Profesores del Centro Escolar, fechada 22 de junio, 1913, dice lo que sigue.

Por tanto se resuelve:

Primero. Hacer constar que todos y cada uno de los miembros del claustro de profesores del Centro Escolar de Señoritas dan por recibidas, como si personalmente les hubiesen sido dirigidas, las ofensas que se han inferido a su respetada y queridísima directora en la preinserta carta del Secretario de Instrucción Pública.

Segundo. Que se declare que el Centro Escolar de Señoritas se separa del Departamento de Instrucción Pública, tal como actualmente está adscrito al mismo, para continuar funcionando como establecimiento de enseñanza privada no adscrito al departamento mencionado, y con los derechos que establecen a su favor las leyes del país.

Tercero. Que la citada carta y los conceptos que contienen constituyen la principal razón que asiste al Centro Escolar de Señoritas para separarse del presente departamento de Instrucción Pública.

Cuarto. Que inmediatamente se dé conocimiento de este acuerdo al público, enviando copia del mismo a los periódicos de la localidad y que por medio de una circular impresa, con exposición de las razones que han impuesto esta medida, se dé aviso a las familias de las alumnas del Centro sobre la nueva situación en que queda el colegio, para su debidio conocimiento y disposiciones que en su punto de vista crean conveniente adoptar.

Quinto. Que se ordene a la Secretaria de la Junta, como por la presente se le ordena, que envíe al Hon. Newton W. Gilbert, Secretario de Instrucción Pública, una copia certificada de la presente resolución, la cual ha sido adoptada en junta general.

Así se acuerda.

CERTIFICO: Que el preinserto escrito es copia exacta de la resolución adoptada en junta general ordinaria del Centro Escolar de Señoritas el día 22 de Junio de 1913, según consta en el libro de actas de dicha corporación. MARÍA FRANCISCA DE VILLACERÁN. Secretaria de la Junta del Colegio.

Además de Doña Librada Avelino, los otros firmantes de la misma resolución son: Carmen de Luna, Margarita Oliva, Ildefonsa Amor, María Francisca de Villacerán, Felisa Guerrero, Úrsula Hidalgo, Josefa Desiderio, el Dr. Pacífico Victoriano, Justo Juliano, Manuel Rávago y Alberto Campos.

Las que más tarde concurrieron con la misma resolución con sus firmas, fueron las Señoritas Feliza Francisco, Dominga Francisco, Generosa de Leon, Dolores Zabat y Faustina Panlilio.

FREIRLE AL FILIPINO EN SU PROPIA MANTECA (NIPRITO SA MISMO AT SARILING MANTIKA)

Mucho se ha escrito, y se escribe, de la lucha por la libertad por parte de las mujeres filipinas, pero no se lee en ninguna parte, en inglés, sobre esta lucha heróica sobre el idioma por parte de Librada Avelino y su generación verdaderamente patriótica que se opuso al desvergonzado neocolonialismo WASP que imponía descaradamente el inglés en todas las escuelas privadas y públicas del pueblo filipino a costa del dinero de los mismos filipinos.

Lo terrible es que esta imposición opresiva por parte de los neocolonialistas WASP es el aludido hecho de que el gasto para imponer y forzar el idioma inglés sobre los niños filipinos no se hacía a costa del dinero de los contribuyentes usenses pero muy insultantemente a costa de los ya empobrecidos contribuyentes filipinos cuyo voto a favor del uso del idioma español y la preservación de su herencia hispana siempre fue suprimida a través de las instrumentalidades gubernamentales de Filipinas como lo son en el tiempo presente el DECS y la CHED.

Para sujetar a estas instrumentalidades del gobierno filipino y para intervenir de forma impune y dictar la imposición del idioma inglés, al par que se suprime el idioma español y se sabotea al idioma tagalo mediante su apachucamiento o pidyinización, estas mismas instrumentalidades se ven ordenadas a firmar impréstitos innecesarios a los bancos usenses.

Después de todo, es el entero gobierno filipino el que también presta billones de dólares del Banco Mundial usense y del Fondo Monetario Internacional y tiene como “co-legisladors” a los del S.I.L. en cuanto a la “política de lenguas”.

SE IMPIDE UNA VERDADERA EDUCACIÓN FILIPINA

A raiz de esta situación indeseable, ni el pueblo filipino, ni su actual gobierno pueden poner en ejecución una verdadera política de educación apta para los filipinos porque Filipinas no vive libre para dar prioridad a su propio idioma nacional como medio de instrucción ni como instrumento de su desarrollo nacional.

Fieles a su carácter verdaderamente malo, los actuales neocolonizadores WASP, y sus lacayos sectarios en Filipinas, han conseguido privar del conocimiento de la presente generación de filipinos esa lucha por el idioma español y el idioma tagalo, como esa lucha en contra del idioma inglés, ocurridas en el pasado. Pero, a pesar de ese engaño de guardar esta información del conocimiento actual de los filipinos, el idioma inglés sigue siendo un idioma bien extranjero en la inmensa mayoría de  los hogares filipinos.

Aquellos filipinos que se dejaron convencer sobre la supuesta utilidad del inglés, permitiéndose un vergonzante lavado de cerébro, al extremo de igualmente permitir la destrucción del idioma tagalo metiendo en el mismo el antifonético, y de por sí inferior, alfabeto inglés, han de aparecer en la historia futura, como en la memoría de sus compatriotas, como unos viles traidores al nombre Filipino.

La distorción de la historia filipina en las clases de sociología es parte de esa finalidad de encubrir su terrible traición al filipino originario que rechazó, en nombre del amor patrio, la injusta, por innecesaria, imposición del idioma inglés sobre este país y el establecimiento de la obligación, por parte de los jóvenes filipinos, de compulsoriamente aprender el inglés por encima del propio idioma nacional o no calificar para una colocación gubernamental.

Si la enseñanza de 24 unidades de español y literatura filipina fue objeto de montadas protestas por ser compulsoria, a raiz de las leyes Magalona y Cuenco (ahora anuladas por la Constitución Cory de 1987), hay razones más grandes y más pesadas que se yerguen en contra de la implacable, y terriblemente costosa, imposición obligatoria del idioma inglés como medio de instrucción y hasta como una asignatura universitaria de 36 unidades en todas las escuelas filipinas, públicas como privadas.

De verdad que será una inegable prueba para la cacareada independencia filipina si el requirimiento anticientífico a favor del idioma inglés se descartase al instante del sistema de ‘educación’ pagada por el erario público de Filipinas.