BRETAGNE, MONTOYA, FAROLAN Y LA LITERATURA FILIPINA

Guillermo Gómez Rivera, Academia Filipina

El académico filipino y profesor, Dr. Edmundo Farolán Romero, ha logrado colaborar con el distinguido Profesor Manuel Motoya, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Bretange (Bretaña) Occidental, en Brest, Francia, para que se establezca, en esta misma institución francesa de alta docencia, un centro europeo de investigaciones de literatura hispanofilipina.

La Enciclopedia Espasa, en su artículo sobre Filipinas muy acertadamente define a la literatura filipina como ese cuerpo de obras que los filipinos hemos escrito, y escribimos, primordialmente en español. La literatura escrita en tagalo es también filipina pero no tiene la jurisdicción nacional que la escrita en español puesto que, geográficamente, el tagalo no es la lengua materna de muchos otros filipinos.

Y la creatividad literaria entre los tagalos ha quedado afectada porque el departamento de instrucción pública de Filipinas está dismiyundo, de forma traicionera, las horas antiguamente adjudicadas para el estudio de este idioma y su literatura. Y nos lo va disminuyendo para dar paso a la imposición de asignaturas obligatorias, o compulsorias, de inglés. Así se dictaminó porque ya se ha declarado el pánico entre los que imponen el inglés, contra lógica ley, el hecho de la decadencia, o rechazo pasivo si quieren, de este idioma invasor en estas islas.

De la misma forma en que ahora se va muriendo el cine en tagalo, por la avalancha de las películas usenses que entran en estas islas sin ninguna forma de control ni regulación, el cultivo literario del tagalo va disminuyendo hasta posiblemente desaparecer por completo de la misma forma en que se quizo suprimir la literatura filipina en español.

Por otro lado, la literatura escrita en inglés, que hasta ahora cuenta con proporcionalmente muy pocos autores filipinos, no se puede calificar como filipina porque ya se llama “Philippine literature in English”. Pero, a pesar del apoyo oficial que se le da, es una literatura que aun no ha tomado tierra como la literatura escrita por filipinos en castellano.

Lo peculiar en esa literatura “philippine” es su escasa relación con lo originariamente filipino en cuanto a su tema. El mayor exponente de la literatura “philippine” sigue siendo el escritor ochentón Nick Joaquín puesto que es el que logró hacer del inglés “un medio que se parece filipino”.

Y es el mismo Nick Joaquín el que ha escrito que la poesía escrita por un poeta, José García Villa, contemporário suyo pero que ya falleció en Nueva York en la soledad y en la miseria, es una poesía que, en cuanto a su relación a Filipinas, bien podría haber tenido a un esquimal por autor.

Y, ocurre lo mismo con los que escriben prosa y verso en inglés. La extranjerización, o desfilipinización, que el mismo idioma inglés les ha impuesto se refleja en sus escritos. Y tras un siglo de inglés obligatorio en Filipinas, la literautra “philippine”, fuera de la producida por Nick Joaquín, no puede competir en el mercado usense. La literatura, después de todo, es otro cauce por el que se puede ver el verdadero retrato de un país que se encuentra preso por un neocolonialismo que se dice "globalización".

Es por eso que hemos de celebrar la creación de ese Centro Europeo de Estudios Hispanofilipinos  en Bretagne Occidental porque al fin, los filipinos que escribimos en español, vamos a tener ahora una voz en esa lejana universidad ya que aquí, en nuestra propia tierra, esa voz se quiere callar de forma oficial por parte de un gobierno que ha dejado de ser filipino en cuanto a lengua y cultura y que se ha distinguido por la persecución sistemática del idioma español como lengua oficial y como asignatura regular en el nivel universitario.

El Dr. Edmundo Farolan, se ha convertido en un verdadero trotamundo que lleva la antorcha del originario filipinismo en la mano. Y esa antorcha ha pasado ahora en las manos del Profesor Manuel Montoya para admiración y gratitud de todos los que nos preciamos de filipinos.

Esperamos que después de este triunfo en la Bretaña Occidental de Francia, se presente el Dr. Farolán ante la sede de la Real Academia Española para averiguar qué se sabe en dicha institución, asentada en Madrid, sobre esta lejana Academia Filipina de nuestros días, y que igualmente les informe sobre este acontecimiento en la Universidad de Bretaña Occidental.

En Manila, hemos tenido el placer de leer la magnífica conferencia que el Profesor Manuel Montoya dictó en la mencionada universidad francesa y le hemos de felicitar por la pericia que nos demuestra sobre esta materia tan singular como fascinante. Sus alumnos franceses han de ver en el estudio que han de hacer de la literatura filipina una semejanza a la suerte de su idioma en el Vietnam como en Nueva Orleans.