ISSN 1496-4538 Una Revista Trimestral de Lengua y Literatura Hispanofilipina En este número: Dresden y Barcelona E. Farolán Ladino Fernando Bagongbanta Proclama Istorial (fragmento) Luis Rodríguez Varela Sermón de San Andrés (fragmento) Padre Pedro Peláez El clero regular de Filipinas (fragmentos) Padre José A. Burgos Bibliografía Hispanofilipina ( 2a parte) E. Farolán
DRESDEN Y BARCELONA Me invitaron, por los esfuerzos de Andreas Herbig, fundador del Círculo Hispanofilipino, a dar una conferencia el 28 de abril en la Universidad de Dresden, unos kilómetros de la Universidad Silesia en la Rep. Checa donde enseño estos días. Hablé con los estudiantes de esta universidad sobre Filipinas, en general, y su conexión con la Hispanidad,.ie, la infusión de muchos hispanismos en los vernáculos, nuestros nombres hispánicos, religión, cultura, etc. La charla fue publicada en la revista elmagacin (http://www.elmagacin.de/index2.html) editada por Profesora Vanessa Bravo del Instituto de Lenguas Romances de la Universidad de Dresden Según Dr. Norbert Rehrmann, el director del Instituto, y el que me invitó, los estudiantes europeos de esta generación, hasta los mismos españoles e hispanoamericanos, no saben o, si saben, muy poco, de la relación entre Filipinas y la Hispanidad. Fue entonces mi tarea de informarles de esta relación. Hablé en detalle sobre la literatura hispanofilipina basando mi materia en el libro "Literatura Filipina en Castellano" (Madrid, 1974) escrito por Luis Mariñas Otero. Expliqué también que, como miembro de la Academia Filipina, mi misión fue de difundir informes sobre la hispanidad filipina, aprovechando el tiempo que estoy viviendo y enseñando aquí en Europa. He mencionado que había dado conferencias el año pasado en la Universidad de Brest en Francia y la Academia Donetsk en Ukrania, y el año interior, en el Ateneo de Gijón en Asturias, y en la Asociación Cervantes de Barcelona. Invité a los estudiantes de esta universidad que participaran en el Círculo Hispanofilipino para que aprendan más sobre la situación actual de la Hispanidad en Filipinas. Dr. Rehrmann piensa organizar una conferencia más amplia el año que viene invitando a especialistas filipinos en historia, cultura, lingüística, y literatura, para hablar sobre esa cultura "exótica" de Asia. Me fui a Barcelona después de esta conferencia para visitarle a un compañero del Círculo Hispanofilipino, Alberto Hernández Miño. Me invitó a conocer el barrio filipino de Barcelona, y comimos en un restaurante filipno allí. Visitamos también la Iglesia de San Agustín cerca de Las Ramblas donde los filipinos de Barcelona suelen ir a misa. Planeamos otra conferencia en septiembre, posiblemente en Casa de Asia o la Asociación de Cervantes, y nos pusimos en contacto con Jesús Valbuena, también miembro del Círculo, que piensa dar una conferencia sobre "Los Últimos de Filipinas". Según Valbuena, sería mejor planear una serie de conferencias y actividades en vez de sólo una conferencia para la Casa de Asia. He tenido la oportunidad también de hablar con Ediciones Carena de Barcelona sobre la posibilidad de publicar una antologia hispanofilipina, y han mostrado interés en este proyecto. En este número, continuamos con la bibliografía de obras publicadas en español (Cuentos, novelas, y teatro), en Filipinas, o de temas filipinos publicados en España, que el Museo López tiene en su biblioteca. También incluimos aquí obras de cuatro de los primeros autores hispanofilipinos: Fernando Bagongbanta, Luis Rodríguez Varela, Padre Pedro Peláez, y Padre José A. Burgos. Celebramos, con este número, el comienzo del octavo año de existencia de esta revista, pero a la vez, recordamos a nuestro buen amigo, el periodista Tony P. Fernández, que falleció hace poco. EF FERNANDO BAGONGBANTA (En su artículo La fase formativa de la literatura hispanofilipina, el académico Guillermo Gómez Rivera menciona a varios poetas filipinos en el s. XVII de origen chino: José María Nicaísay, Tomás Chuidian, Tomás Pinpín, Fernando Bagongbanta, Juan de Vera Ken Yong, y Carlos Calao, entre otros. Fernando Bagongbanta fue un escritor y poeta en tagalo y castellano. Escribió “ladinos”, unos versos romanceados alternados en castellano/latín y tagalo sobre temas religiosos. He aquí un fragmento de su obra:)
Salamat nang walang hanggang Oh, Gran Dios, mi Padre, Oh, Dakilang Dios, Ama ko, LUIS RODRÍGUEZ VARELA (En 1809, como reacción de la invasión napoleónica de España, Rodríguez Varela, en este discurso, exhorta a los filipinos a defender a la Madre Patria bajo el reino de Fernando VII. . Wenceslao Retana en su publicación El precursor de la política redentorista alude a Varela, "un criollo que nació en Tondo, un barrio de Manila, el 20 de febrero de 1769. Fue el primer autor hispanofilipino que escribía composiciones patrióticas. Su primera obra, Proclama istorial, aparece en 1809 como reacción de la invasión napoleónica de España". Publicó en este mismo año tres libros de poesía: Elogio a las provincias de los Reynos de la España europea, Elogio a la mujer y Parnaso Filipino, pero no se han conservado copias de estas colecciónes. Por su amor a Filipinas, participó en dos insurrecciones: la primera, contra los ingleses, y la segunda contra el gobierno español bajo el Gobernador General Martínez. Fue deportado a España en 1823 por sus actividades políticas. No se sabe la fecha de su muerte.) Proclama Istorial (fragmento) Habitantes de Filipinas. La voz del corazón os habla por mi tosca pluma y rudo estilo. La patria es vuestra madre. Ella os llama, ella os convida a tomar las armas. La patria, hermanos míos, está amenazada. Los franceses insultan la ley de vuestros padres, la quietud de vuestros hogares,el respeto de vuestro rey, y sobre todo, la religión de vuestro Dios. ¿Podréis oir esta fiera agresión sin agitarse vuestro interior? Ha! ¿Debemos correr presurosos a morir por la patria? ¡Dulce muerte! ¡Feliz momento! ¡Preciosa agonía que conduce al filipino a las moradas eternas de la gloria! Nosotros somos hijos del mejor de los reyes, Fernando VII, cuyo agradable nombre, invocado, destila ternura, y hace afectuosa moción en nuestros corazones. Nuestros héroes de la España no son de distinta materia que nosotros, ni mereen más confianza a la soberanía. Acordaos de los inmensos tesoros que el monarca español consume en vuestra subsistencia. Mirad, que se van a profanar vuestros altares, a violar vuestras vírgenes, a manchar los talamos nupciales, y a cometer vuestras esposas y vuestras inocentes hijas. Sabed que en España, transformados los franceses en bárbaros antiocos, no perdonaron los templos y los vasos sagrados.... Católico y rancio español, criollo filipino, fiel imitador de tus progenitores, trahed a la memoria los hechos azañosos...¿de quién? No de una nación extraña. De vuestros padres, sí. Esta ylustre ciudad se prepara a pelear por vuestro honor, por vuestra libertad, y por vuestra independencia. Mas no os pondré a la vista hechos agenos. Sabed los propios – el año 1630, salió una armada comandada por el mismo capitán general de estas yslas, don Sebastián Hurtado de Corcuera. ¿Quiénes la hicieron gloriosa? ¡Los españoles con los filipinos! ¿Quiénes atacaron entonces Mindanao y Jolo? ¡Los españoles con los filipinos! ¿Quiénes conquistaron a Jolo el año 1683, sin embargo de que los moros estuvieron dos añospreviniéndose; que les auxiliaron los olandeses; que tenían un famoso cerco inmediato y con todo los rindió el general español don Pedro Almonte, y floreció much christiandad? ¡Los españoles con filipinos! En el año 1741, ¿quiénes llenaron la famosa armada de treinta y seis buques contra el Sultán Mahometo? ¡Los españoles con filipinos! El año de 1734, ¿quiénes talaron los campos de Basilan y cogieron a aquel régulo trescientas embarcaciones? Los españoles con filipinos. En 1781, ¿quiénes hicieron el desembarco en Joló, tlaron también los campos, cogieron los fuertes, y destruyeron al enemigo? ¡Los españoles con filipinos!.....
(Padre Peláez tuvo el mayor respeto a la habilidad de los cleros filipinos a pesar de que éstos eran considerados “intelectualmente inferiores” que los españoles. Pronto se encontró a la cabeza de una cruzada por la igualdad entre el clero filipino y el españo., Debido a su cruzada, fue denunciado y criticado por algunos de sus superiores. Fue un brillante orador y sus sermones misales dieron luz al ensayo como género literario en Filipinas. Su más famoso sermón de San Andrés fue pronunciado el 30 de noviembre de 1855 en conmemoración de la victoria contra el pirata Limahong:) Sermón de San Andrés (fragmento) No es privativo de los pueblos célebres, cuya historia llena el universo, el tener días venturosos, recuerdos de bendición y de gloria. Aun los de menos renombre dan también expansión a su gozo, como sucedió con la pequeña Bethulia de los libros santos que celebraba anualmente su inesperada liberación de un ejército con solemnes cultos al Dios de Jacob. Asimismo, esta hija de España que se asienta a las riberas del Pasig, cambiará hoy la pálida monotonía de su existencia, tremolando por sus calles la victoriosa enseña de su heroica Madre, y entonando cánticos marciales y religiosos que repetirán alborosados los ecos todos de Luzón y postrándose al pie de los altares con su pensamiento elevado al cielo y su corazón henchido de gratitud. Y es, señores, como lo sabéis bien, que en este día se recuerda un suceso glorioso que dejó huella profunda en su pasado, decidió su porvenir, y que su presente impide pase desapercibido sin que la generación actual salude con entusiasmo su fausto aniversario, y el de Religión, esa aura vivificadora de cuanto hay de noble y sublime con el suego santo de sus inspiraciones y la majestad imponente de su culto, añade la idea de su favor celestial al encanto de los recuerdos a la energía del patriotismo. Con esta breve exposición de los motivos de la presente festividad, ya sin duda habréis adivinado los sentimientos que en ella presiden: no haré, pues, más que formular lo que existe en el fondo de vuestras almas, al resumirlos todos a estas mágicas palabras: Gratitud al Cielo, amor a la España. Sí, gratitud al Omnipotente que, al sonar la hora señalada en sus soberanos decretos, sacó a este país de las tiieblas a la luz, de la vida nomada a la social, de la miseria a la dicha. Y amor a la España que a los trescientos años de prohijar a esa nación en el confín del mundo para hacerla gustar los bienes del Cristianismo y de la cultura, se los aseguró enalteciéndole con el glorioso triunfo sobre las huestes del pirata Limahong... JOSÉ A. BURGOS (Padre Burgos tomó parte activa en el movimiento a favor de la secularización de las parroquias, iniciado por P. Pelaez. Este artículo fue uno de varios artículos que escribió para el periódico La discusión de Madrid en respuesta a los publicados en La verdad, otro periódico madrileño, los cuales ponían en duda la lealtad de los sacerdotes filipinos a la soberanía española. Al estallar la revuelta de Cavite el 20 de enero de 1872, las autoridades militares le incluyeron entre los detenidos como uno de los complicados y fue juzgado por un tribunal militar junto con los padres Gómez y Zamora, y sentenciados a muerte por sedición. El 17 de febrero de 1872, los tres fueron ejecutados por garrote en Bagumbayan. El martirio de este triumvirato avicó el nacionalismo filipino hasta culminar con la revolución de 1896. Rizal dedicó su novela El filibusterismo (1891) a la memoria de estos tres presbíteros.) El clero regular de Filipinas (fragmentos) Terminábamos nuestro anterior artículo protestando con toda la vehemencia de nuestra alma contra los dictados de anti-español y anti-humanitario que con tanta inconsideración como osadía diera el Rdo. P. Coria al clero secular indígena de este país, no pudiendo menos de devolverlos a los regulares, y comprometiéndonos a probar nuestra razón con la historia en la mano, ya que es el arma con que intenta intimidarnos al parecer el valiente campeón, frente a que nos hemos colocado. Si se entiende por anti-español todo aquel que abriga tendencias refractarias al dominio español, entonces confesamos francamente que los regulares de Manila no pueden ser mirados como tales, así como le es el P. Coria de todo punto imposible probar que el clero secular de este país, o cualquiera otra clase de filipinos, merezcan con razón epiteto tan infame, siendo tal nuestra convicción en esta parte que quisiéramos que S.R. se dedicara exclusivamente a probarnos lo contrario. ¿Es cierto que se registran en la historia las intentonas de Novales, de Tayabas, de Malate y de Nueva Ecija, pero cuántos han sido sus autores? ¿Cuántos se han dejado arrastrar? ¿Se extendieron, por ventura, aquellas pasajeras perturbaciones más allá de los respectivos lugares en que estallaron? ¿Han tomado parte en ellas el clero indígena o cinco siquiera d los españoles del país? ¿Y es extraño acaso que en donde hay cinco millones de habitantes, haya cinco o seis locos, o fanáticos, o desontentos que levanten alguna vez el grito de rebelión? ¿No hay incomparablemente muchísimos más en otras partes y en nuestra misma España, guardada proporción? ¿Qué contesta a esto el reverendo comisario de los franciscanos? Sobre estas tan cacareadas rebeliones pedimos a S.R. y a nuestros lectores que noten dos circunstancias. Primera, que todas, menos la de Novales que estalló dentro de la ciudad, tuvieron lugar en curatos de regulares. Segundo, que la de Novales, que pudo haber tomado mayores proporciones por las circunstancias favorables a los insurrectos en que se hizo “encontró la más digna cuanto vigorosa resistencia de parte de sus paisanos, siendo uno de ellos su mismo hermano, que estando de guardia en la fuerza o ciudadela de esta capital, se resisitió con energía a entregarle las llaves,” coronándose de gloria, y legando a la historia un hecho capaz por sí solo de hacer enmudecer a los osados detractores de la proverbial lealtad de los hijos de este país, y de obligar a nuestra madre patria a tratarnos con solicitud, cerrando los oídos a tan negra calumnia, y haciéndonos partícipes de las consideraciones y derechos que se conceden a los españoles. ¿Y se negará España a mirarnos como hijos? ¿No son bastantes a esa nación magnánima cerca de tres siglos de prueba, para mirar como a impostores a cuantos quieran arrojarnos la nota de tumultuarios e hijos rebeldes?....... Entonces decimos nosotros que, lejos de ser el clero o cualquier otra clase de los hijos de este país, son los regulares los que abrigan este plan anti-español y anti-humanitario que en aquellos creen hallar. Ellos son, salvas honrosas excepciones, que con la debida oportunidad iremos indicando, los que han dado que hacer en todos tiempos a las autoridades, así civiles como eclesiásticas, en cuántas ocasiones se ha tratado de poner algún coto a sus abusos, poniendo en juego sus fueros, sus privilegios, su influencia y sus riquezas, sin cesar ni un momento, hasta lograr una victoria tan completa a veces, que a muchísimos jefes de provincia y a alguno que otro capitán general les ha costado el destino. ¿Y qué extraño que esto suceda, si tienen las más pingües haciendas, los mayores curatos, las mejores casas de campo y las más cómodas y espaciosas casas de esta capital que dan en arriendo a más o menos precio, y con condiciones más o menos favorables, pero de manera que las vntajas sean siempre para el inquilino cuya influencia y protección esperan poder algún día utilizar? No necesitamos insistir mucho ni consignar datos, curiosos por demás, para probar la verdad de lo que acabamos de indicar, porque son de aquellas cosas que están bien en el dominio de la historia, y han podido conocer perfectamente cuantos han estado por algún tiempo en este país. Los españoles peninsulares residentes en este suelo son poquísimos; medios de defensa no tendrían si no contasen con los mismos naturales; la distancia que nos separa de nuestra madre patria es inmensa; ocasiones, que hubieran sabido aprovechar hijos indómitos y rebeldes, se han presentado muchas y con todo, ¿qué ha habido en los tres siglos que venimos respetando y obedeciendo al gobierno español? Cuando se han corrido rumores de alguna conspiración, y el gobierno ha tomado, como era justo, un asunto de tranta trascendencia, medidas preventivas, empleando a las personas hábiles para averiguar la verdad, ¿qué se ha llegado a descubrir? ¿No ha sido siempre el desengaño el último resultado? ¿Qué contestan a esto nuestros calumniadores? ¿No tienen por ventura estos señores el criterio bastante para conocer que la mayor prueba contra esta calumnia, es que sólo se dejar oir cuando en los periódicos se habla de los regulares de Filipinas, pidiendo la secularización de los curatos, o por lo menos, que se ponga a coto a la tendencia que tienen de apoderarse de todos los de estas islas?.................. Conociendo el diocesano la conveniencia de que los coadjutores habitan en la casa parroquial, pues éste es el medio de que vivan con el recogimiento correspondiente y sean mejor vigilados por los curas y éstos no se vean expuestos a los peligros consiguientes a una continua soledad y aislamiento, dispone en los títulos de los coadjutores, entre otras cosas, que se les acuda, además de un pequeño estipendio, con la mesa habitación. Pues bien: nada es tan notorio, nada tan lamentado por nuestro actual dignísimo arzobispo como el incumplimiento de tan acertada disposición, llegando algunos a despedir de sus casas a los que ya habían recibido, con gran sentimiento del indicado Excmo. Señor y de los mismos coadjutores, de los cuales muchos quisieran poder vivir con mejor recogimiento y más decoro. Aquí no podemos dejar de hacer justicia a algunos curas dignos, modelos de virtud, que tienen en sus casas a sus coadjutores, tratándolos como verdaderos hermanos. ¿Y en qué consiste esto? Si tienen al clero indígena por anti-español; si aseguran que sus individuos son propensos y están siempre dispuestos a secundar las miras anti-españolas de cierta clase de filipinos, ¿por qué no los tienen en su casa para vigilarlos mejor y tener más a raya su moralidad y conducta? Dejamos la respuesta al buen juicio de nuestros lectores, por más que sepamos cuál sea la categórica. Y ya que esto no sea, ¿por qué ha habido oposición a la idea de poner claura en todas las casa parroquiales, a imitación de los domínicos que la tienen? La discusión, Madrid, Marzo, 1870
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Manila, Imp., Lib. y Pap. de I.R. Morales, 1916. 31 p. Rio, Benigno del. El amor no vuelve; ensayo de comedia en tres actos cortos. Manila, Informaciones, 1933. 15 p. Rivera, Jose Cruz. Katipunan; drama histórico filipino en tres actos y en prosa. Barcelona, Est. Tip. de Pedro Toll, 1902. 88 p. Rizal y Alonso, Jose. El consejo de los dioses, con el recuerdo del pasado entró el porvenir; alegoría arreglada en forma teatral por Lope Blas Hucapte. Manila, Imp. y Taller de Encuadernación de Día Filipino, 1915. 16 p. ------. Junto al Pasig; melodrama en un acto y en verso. Representada por primera vez el 8 de diciembre de 1880, a las seis de la tarde, con música de Don Blas Echegoyen. Editado por Día Filipino. Manila, Imp. y Talleres de Encuadernación, Grabados y Fotograbados y Almacén de Objetos de Escritorio del Periódico Anual Ilustrado Día Filipino, 1915. 20 p. Valls, J. M. Filipinas por España; drama en 5 actos y en prosa. Estrenado con espontáneo y brillante éxito en el Teatro Circo Barcelonés, la noche del 6 de junio de 1897. Barcelona, Imp. de Pujol, 1897. 64 p. (Biblioteca de´l Periodich lo Teatro Catala).
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