Una Revista Trimestral de Lengua y Literatura Hispanofilipina Tomo V No. 1 Verano 2001 ISSN 1496-4538
por Tony P. Fernández Soy uno de los miembros del Círculo Hispanofilipino desde que éste se formó hace unos meses a través del Internet por el Hispanista alemán don Andreas Herbig, un hombre de negocios que reside en Berlin. Aunque no soy un experto en linguística, me gusta leer las noticias sobre la situación actual del idioma español en Filipinas y las polémicas que a veces surgen entre los miembros del Círculo. A través de lo que observo y de lo que leo, el Círculo Hispanofilipino ha abierto un gran panorama o un torrente de ideas y opiniones, asi como diferentes posturas sobre el español, desde apreciativas hasta despreciativas. Y he leído opiniones a favor de preservar y promover el español; otros en su contra. Esto es normal. Ante el nuevo poderío del Internet no podemos evitar que siempre lleguen al Círculo mensajes cargados de ideología y de críticas. Pero si bien esto es normal, yo no estoy de acuerdo que el Círculo sea el foro de largas e innecesarias polémicas que más bien pertenecen en las aulas de nuestras universidades o a nuestros historiadores. Tenemos ya la prueba de esto desde que se actualizaron por la red o Internet la CIREF (Cruzada Internacional por la Reivindicación del Español en Filipinas) por don Ramón Terrazas Muñoz de México, y Los Indios Bravos (www.los-indios-bravos.com/CIREF). Este último a cargo de José Lagman de Toronto, Canadá. Con el lanzamiento de estos portales de acceso al web se intensificaron, como ya dijimos, los debates y varias posturas en torno de la lengua española en Filipinas. Por lo general, en estos debates se nos presenta la situación actual del español y las diferentes causas sociolinguísticas de su progresiva desaparicion en Filipinas en unas cuántas décadas. Dicho lo anterior, es de lamentar, que algunos de los miembros del Círculo, comenzaron a entablar polémicas entre ellos sobre el español, ignorando el objetivo primordial o meta final de nuestro grupo, que es buscar las mejores estrategias de cómo podemos lograr el mantenimiento de la lengua española en Filipinas que todos reconocemos como lamentable. En las susodichas polémicas, vino el caso que alguien se quejó y se sintió ofendido acusando al grupo que no aprendía nada por pertenecer al Círculo Hispanofilipino y se apartó enojado de nuestro grupo. Qué pena que esto haya ocurrido. Aunque no fuese la intención de nuestros miembros, al entrar en polémicas innecesarias desde la tribuna del Círculo Hispanofilipino, éstas polémicas no resolverían muchos problemas que ocurren para promover el castellano en Filipinas, como por ejemplo, lo que menciona D. Guillermo Gomez Rivera, sobre la no implementación o ejecución del Párrafo 7, Sección 7, Artículo XIV de la actual Constitución Filipina que ordena lo que sigue: "El español y el árabe se promoverán (se enseñarán según el tribunal supremo) de forma electiva y a voluntad." El Sr. Gomez y los miembros de nuestro grupo hemos escrito por correo eletrónico a la Presidenta Gloria Macapagal-Arroyo para pedir a S.E. que ordene a la Comisión de Alta Educación (CHED) bajo su oficina que incluya en el programa universitario de estudios un curso de lenguas extranjeras, con un crédito de 12 unidades, en uniforme cumplimiento y ejecución de dicho Párrafo 7 de la Constitución. Ante esta cuestión, hay diferentes estrategias para persuadir al gobierno filipino. Una de ellas es enviar un torrente de mensajes a los líderes filipinos a través de los medios masivos de comunicación para cumplir con la ley y precisar la utilidad del español ante la actual mundalización del comercio y la importancia de esta lengua por nuestro patrimonio cultural. Al mismo tiempo, no debemos recalcar el lamentable pasado, repitiendo y repitiendo el fracaso del español en Filipinas y el rencor contra los Estados Unidos por la implantación del inglés en Filipinas, pues, éstas pertenecen a nuestra historia. Lo que debemos hacer es recalcar la España moderna y la vitalidad actual del idioma español en toda Hispanoamérica. Por eso me pregunto por qué los detractores del español en Filipinas, quieren borrar del mapa la lengua española sin pensar que los Hispanohablantes somos una comunidad o cerca de 500 millones de personas (datos de la UNESCO). Lo mismo podría decirse sobre la comunidad latina en los EE.UU. El español nos une como comunidad. Y nos vincula con esa comunidad de la que formamos parte, la que atraviesa continentes, gracias a una lengua común: el español. En este número:
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