Una Revista Trimestral de Lengua y Literatura Hispanofilipina

Tomo VI No. 4 Primavera 2003

ISSN 1496-4538

Director: Edmundo Farolán



EDITORIAL

Acabamos de recibir noticias de que, con los esfuerzos de José Perdigón, el Instituto Virtual de Cervantes incluirá las obras de Rizal en su colección. Hemos publicado en los números anteriores varios artículos sobre Rizal, y seguiremos haciéndolo porque hay tantas materias escritas sobre este célebre internacional que sólo podemos publicarlas poco a poco. Hace poco, una nueva traducción de Noli me tangere en italiano por Vasco Caini fue publicado en Siena, Italia.

Dedicamos este número específicamente a nuestro gran héroe nacional con la publicación de algunas de sus poesías, y también, entre tantos elogios por varios poetas alrededor del mundo, versos dedicadas a Rizal por dos poetas hispanofilipinos, Esperanza Baxter Lorenzo Pérez-Tuells. Incluimos también el artículo Rizal, Poeta por Enrique Fernández Lumba, que era Secretario de la Academia Filipina hasta su muerte hace casi veinte añosConcluimos con dos ensayos: Rizal y la masonería, por Guillermo Gómez Rivera, y una reseña del  Dr. Manuel García Castellón del libro Rizal and the University of Sto. Tomás escrito por Fidel Villaroel, O.P.

En el prólogo del escritor español Javier Gómez de la Serna de la obra de Wenceslao Retana, "Vida y Escritos del Dr. José Rizal", dice:

"La figura humana de Rizal es digna de profundo estudio.  Vivió treinta y cinco años; a los veintisiete había dado la vuelta al mundo; fue médico, novelista, poeta, político, filólogo, pedagogo, agricultor, tipógrafo, escultor, pintor, naturalista, políglota (hablaba más de veinte idiomas), miembro de célebres centros científicos europeos, que dieron su nombre a especies nuevas por él descubiertas; vivió y estudió en grandes capitales de Europa y América.

"Salió estudiante de su país el 82; cursó brillantemente en España las carreras de Medicina y Filosofía y Letras; volvió a Filipinas el 87 para marcharse el 88; tornó el 92 para ser desterrado a los pocos días, y salió del destierro el 96 para ser fusilado.

"Yo lo conocí en Madrid.  Limpio y atildado; semblante triste reflexivo; voz siempre suave; ni gritos, ni risas destempladas; pero aficionado a diversiones y devaneos, sin duda porque dejó latente, allá en su ribera del sol, ese primer amor virginal que en la ausencia, cuando no muere, hace casta toda una vida.

"¿Cuáles eran sus ideales? La inmediata independencia de su país a toda costa, aunque nada hizo, ni podía, el pobre estudiante para realizarla; y el ideal de la independencia no desapareció, porque no podía ni debía desaparecer del pecho de un esclavo noble.

"Dice bien Retana: España no fusiló a Rizal en Filipinas.  Lo que hicieron los soldados indígenas, a quienes por un refinamiento de la España negra, se ordenó disparar contra el ídolo, fue fusilar a España en Filipinas, por mandato de unos torpes hijos de la Madre Patria."

Vicente Martínez tiene esto que decir sobre Mi último adiós de Rizal: "Fue tal la maravillosa versatilidad de José Rizal, que muy pocos admitirían de que antes que nada era poeta. La aclamación universal tributada a Mi último adiós, escrita en vísperas de su martirio, sirvió para sumergir, sino sumir en el olvido, sus otros poemas. ¿Qué filipino podría hallar algo que igualara  a Mi último adiós y sus sublimes expresiones en nombre de la patria, la libertad y la exaltación de lo nativo? Y sin embargo, cabe preguntar ¿quién regatearía la plenitud de Rizal como poeta ante el esplendor de sus creaciones poéticas?". --EF


En este número:

Poemas de José Rizal

Poesías dedicadas a Rizal | Lorenzo Pérez Tuells y Esperanza Baxter

Rizal, Poeta   | Enrique Fernández Lumba

Rizal y la masonería | Guillermo Gómez Rivera

José Rizal y la Universidad de Santo Tomás | Manuel García Castellón